Se pudiera pensar que ahora todos están teniendo sexo anal, debido principalmente a que es mucho más fácil encontrar información sobre este tópico.
Sin embargo, penosamente, esto no es del todo cierto. El tabú sobre las manifestaciones no tradicionales dela sexualidad humana se mantiene, por lo menos en un bajo porcentaje de personas.
Si puede considerarse que aunque no todos estén teniendo sexo anal, cada vez hay más apertura metal hacia prácticas eróticas fuera de lo “convencional”.
Con respecto al término, cabe resaltar que a pesar de lo que algunos creen, el sexo oral es muy antiguo.
En algunas culturas, esta expresión sexual era más convencional de lo que muchos tienden a pensar.
Una prueba de este hecho, es que el acto sexual anal, se conoce también como “amor griego”…
¿Por qué? Descúbralo en las próximas líneas
Nombres como sodomía, encular, dar por la puerta trasera y hacer el amo griego, son solo algunos de los epítetos para designar el tan cuestionado sexo anal.
A lo largo de la historia, han existido tendencias eróticas muy diversas, entre ellas, se destaca la relación anal.
Contrario a lo que se ha generalizado, esta práctica no era exclusiva de las relaciones homosexuales entre varones.
Aunque si hay que aceptar que por obvias razones predomina en ellas.
La cultura judeo cristiana ha estigmatizado esta expresión por esta última condición.
Es sabido, por el legado artístico griego, bizantino y hasta precolombino que las prácticas de sexo anal eran si no comunes, por lo menos bastante conocidas.
Actualmente el sexo anal, ocupa el tercer lugar de preferencia entre todas las prácticas eróticas de pareja.
Es la más extendida a nivel mundial y no desde este siglo, sino desde hace muchísimos años.
Si Todos están teniendo sexo anal, ¿qué pasa con las mujeres?
Se ha considerado cierto que las mujeres no sienten deseo ni interés por el sexo anal. No obstante, esta afirmación es errónea.
Un aspecto de esta aseveración, es que se ha propiciado a las mujeres a pensar que es algo vergonzoso, pecaminosos y humillante.
Algunos estudios han permitido concluir que, por lo menos el 50% de las parejas heterosexuales lo han practicado.
De ellos, la mayoría lo disfruta de manera eventual. Solo el 10% admite realizarlo con bastante regularidad.
Los especialistas consideran que, lo que hace que las mujeres tengan renuencia al sexo anal, es la impresión de que el acto siempre es doloroso o antihigiénico.
Pero debido a encuestas y estudios relativos a este tema, se desprende que muchas damas sienten una gran curiosidad sobre esta experiencia.
De las investigaciones también se obtuvo una asombrosa conclusión: mientras bajo es el estrato socio-cultural, más se practica el sexo anal.
Algunas de las razones que estiman los especialistas, es que de esta formas se controla la natalidad de manera sencilla y económica.
En algunas vasijas precolombinas, se observan parejas heterosexuales realizando sexo anal. En estas representaciones, es común encontrar la figura de un niño.
Por ello, se piensa que este tipo de relaciones ayudaban al control de los embarazos.
En cuanto al dolor, esto depende exclusivamente de las técnicas y prácticas de la pareja.
Es sabido que, si se toman una serie de medidas, la relación anal no tiene que ser dolorosa, peligrosa ni anti higiénica.
En realidad, el dolor no tiene que ser una constante. La incomodidad, puede que si este presente, por lo menos en los primeros intentos.
¿Cómo evitar el dolor?
Si el caballero, utiliza suficiente lubricante, y es cuidadoso no tienen que haber dolor ni lesiones de ningún tipo.
El ano es una zona de extrema sensibilidad. Está recubierto de muchas terminaciones sensitivas.
La contracción del esfínter es lo que produce que la penetración sea dolorosa.
Por ello, es uso de abundante lubricante, la suavidad, la relación y una técnica apropiada hacen la diferencia entre un tormento y una experiencia de placer inigualable.
Las pasiones violentas no se concilian con el sexo anal. Esta zona además de muy sensible es muy susceptible de ser desgarrada.
Por otro lado el consenso sobre qué hacer y cómo hacerlo es un factor que se relaciona con la disposición mental hacia ser penetrado analmente.
Cualquier manifestación de rechazo, se traducirá en la contracción del musculo y los esfínteres.
Una estimulación previa, para la cual se utilizaran técnicas como el masaje anal, el annulingus o beso negro y todas las que se le ocurran a la pareja abrirá las puertas traseras a la pasión.
Hay además, juguetes que tiene como finalidad estimular la zona anal.
Algunos pueden dejarse en el ano de forma regular para facilitar la distención del conducto y acostumbrar a la persona a la sensación de penetración.
Algunos caballeros heterosexuales, que desean experimentar el orgasmo prostático solicitan a su pareja que introduzca su dedo o algún elemento por el ano.
Se dice que este tipo de orgasmo es sumamente poderoso e intenso.
El orgasmo anal ¿fantasía?
La penetración anal produce estimulación en diferentes puntos dela pared vaginal. Es decir que el sexo anal puede producir el orgasmo.
A diferencia de los hombres, que solo pueden experimentar un orgasmo debido al estimulación de la próstata.
Las mujeres sienten la presión y el movimiento en una zona erógena mucho más extensa.
El clítoris es una zona de placer, pero afortunadamente, no es la única.
Como mínimo, el sexo anal estimulará y reforzará significativamente las sensaciones de placer.
Por lo que un orgasmo durante la penetración anal será intensamente más alto que en la penetración vaginal o el sexo oral.
En todo caso, el placer y el orgasmo dependen de la estimulación sensorial.
De hecho, el cerebro es capaz de inducir un orgasmo solo a través de la imaginación y la memoria.
Un orgasmo es el resultado del placer que origina una experiencia.
Mientras mayor placer, más probable será alcanzar un clímax sexual satisfactorio.
Si el sexo anal, se practica inadecuadamente, y resulta una experiencia dolorosa, será más difícil tomarlo como algo placentero.
Por esta razón, es mejor conocer y aplicar las indicaciones para tener un sexo anal placentero.
También es bueno saber que, a mayores experiencias gratificantes mejor disposición se tendrá para disfrutar en cada nueva oportunidad.
¿Qué dice la ciencia sobre el sexo anal?
Siendo una práctica tan extendida y conocida, el sexo anal ha sido objeto de muy pocos estudios relevantes.
Generalmente, se abarca solo el proceso de penetración y sus consecuencias.
Todo el potencial erótico que encierra esta práctica había sido ignorado hasta que el Dr. Alfred Kinsey decidió estudiarla un poco más.
Este doctor, reconoció el potencial del erotismo anal como producto de todas las terminaciones nerviosas existentes en esta área del cuerpo.
Además, se tomaron en cuenta las conexiones musculares con otras áreas de importancia erógena.
Las contracciones típicas que produce un orgasmo vaginal en el área del ano sirven para explicar en gran parte la posibilidad de alcanzar un orgasmo anal.
Lamentablemente, en la actualidad, la exploración sexual anal, sigue siendo un tabú en muchas áreas.
Los sexólogos afirman que este tabú es psicosocial. Está relacionado con mecanismos de control latente basados en la moralidad, y las leyes, en algunos países.
En este sentido, despierta curiosidad que una práctica tan antigua sea considerada tan poco importante para algunos estudios científicos.
No obstante, las prácticas sexuales consensuadas y privadas no deben estar atadas a preceptos morales.
La sexualidad debe vivirse de acuerdo a los principios propios. Siempre que no se desarrollen dentro del margen delictivo o violento, las relaciones anales son una decisión de la pareja.
Recomendaciones finales
La opción de elegir libremente el disfrute sexual sigue presente.
Y en el caso del sexo anal, es importante superas los mitos y conocer las realidades acerca de esta cuestionada forma de disfrute.
Las creencias suelen operar aun de manera inconsciente, esto explica porque muchas féminas siguen renuentes ante las peticiones de sexo anal de sus parejas.
En todo caso, siempre es posible tener una conversación para el sexo anal, basada en la confianza y la empatía.
Paradójicamente, parte del placer radica en que sea un tabú. Esto eleva el valor agregado en muchos casos.
Transgredir algunas normas, siempre es atractivo para el placer y es un estimulante muy potente para el erotismo.
Estimular la zona anal es muy importante. Es necesario conocer las verdades y los mitos que existen alrededor de las relaciones anales.
Quizá no todos estén tendiendo sexo anal, pero es un hecho innegable que cada vez mas parejas deciden disfrutar de esta experiencia.
Al inicio, lo ideal es permitir que tanto el ano como la mente se acostumbren a la manipulación.
Progresivamente, se pueden incorporar técnicas de estimulación.
Los juegos previos son muy importantes para despertar el deseo de ser penetrados.
Este acto, debe ser suave y cuidadoso para que sea asociado a una experiencia grata y no al dolor.
De estas primeras experiencias, va a depender la aceptación o la renuencia ante nuevos intentos.
La idea, es ampliar el espectro de sensaciones y despertar a nuevas experiencias eróticas.
Dentro de la dinámica del sexo anal, entran en juego muchos factores psicológicos que responden positivamente si los estímulos y la forma de abordarlos son efectivas.
La novedad, siempre es excitante. Y la sensación disfrutar libremente de una sexualidad más intensa derrumbara las ultimas barreras.