La mayoría de las mujeres tiene miedo al sexo anal.
La razón, suele estar en la asociación inconsciente con la sodomía y debido también a los escrúpulos naturales del ser humano.
Esta zona, está relacionada con la defecación, por lo que no es raro que se considere anti higiénica.
Para lograr que estas ideas sean desechadas, el caballero debe armarse de paciencia y empatía.
Mantener una conversación sobre el asunto antes o después de iniciar su vida sexual en pareja es muy importante.
Antes de proseguir en la búsqueda del placer sexual a través de las relaciones anales, el hombre debe aclara con su dama algunos aspectos importantes:
La posibilidad de experimentar orgasmos “anales”
El área del ano posee muchas terminaciones nerviosas. Además, es una zona sumamente sensible que está vinculada a las reacciones corporales durante el orgasmo vaginal.
Las nalgas, también son muy sensibles y las mujeres suelen responder muy bien ante las caricias recibidas en esta área.
En reducidas cuentas, existe una gran posibilidad de placer.
Aunque no todas las mujeres pueden alcanzar un orgasmo solo mediante la penetración vaginal, algunas si lo han disfrutado.
En todo caso, el hombre puede estimular el clítoris, los senos y besar si elige una posiciona adecuada para ello.
El dolor y las incomodidades
No se debe mentir sobre la posibilidad de que se experimente algún nivel de dolor. No obstante estos, serán el resultado de una penetración brusca o falta de lubricación.
La relajación del área puede evitar o reducir cualquier incomodidad.
En este sentido, el caballero debe hacer gala de su experiencia utilizando alguna de las estrategias que se mencionaran más adelante.
Recuerde siempre que negociar y consensuar sobre las relaciones anales como el próximo paso debe ser algo de pareja.
Tabú y pecado: orígenes del miedo al sexo anal
Es importante demostrar respeto sobre las creencias al respecto. Las mujeres suelen tener ideas preconcebidas de lo que está permitido en la sexualidad y lo que no.
Sobre este punto hay muchas divergencias, pero lo importante es abordar el tópico con espontaneidad y madurez.
Es común que la mujer le tenga miedo al sexo anal si lo relaciona con situaciones pecaminosas o que están fuera de lo natural.
¿Cómo actuar si ella tiene miedo al sexo anal?
Como se mencionó anteriormente no es inusual que las mujeres expresen miedo al sexo anal.
No obstante aplicando algunas sencillas pero efectivas estrategias este miedo puede dar paso a una creciente curiosidad. Y progresivamente, a una elección para el disfrute de ambos.
Como primer paso, se debe mantener una buena conversación en la que se aclaren dudas y temores presentes sobre la relación anal.
Ya una vez concertada la posibilidad de experimentar este tipo de experiencia erótica. El caballero debe utilizar algunos trucos para que la relación sea placentera e incluso inolvidable para su dama.
1º Establecer un preámbulo amoroso dedicado especialmente a esta zona del cuerpo femenino.
No necesariamente debe ocurrir penetración, la exploración de esta zona erógena debe atender a la disposición de la mujer.
Es decir, dejar que ella tenga el control. Así se sentirá segura y perderá el miedo poco a poco.
2º Utilizar lubricante siempre
Esta zona no lubrica al igual que el área vaginal.
No importa el grado de excitación de una mujer, el ano permanece seco y apretado.
Por ello, siempre que se intente acceder al ano con los dedos, el pene o juguetes debe lubricarse de manera abundante.
Los mejores lubricantes para esta zona son los de agua o gel. Los lubricantes aceitosos, tienden a calentarse con la fricción por lo que no son muy recomendables.
Este detalle es especialmente importante, de seguir este consejo depende que la experiencia no sea dolorosa.
3º Utilizar preservativos o condones
Este detalle asegura la higiene y evita futuro inconvenientes.
4º Agregar romance al juego previo
Una excelente idea para los primeros intentos de sexo anal, es ducharse juntos.
De esta forma, el preámbulo empezara en este momento, pudiendo servir la espuma como lubricante para lavar y masajear el ano.
Esta maniobra ayuda a que se relajen los esfínteres y conduce a la excitación de la mujer.
Además, le garantiza que hay higiene durante el contacto. El agua le dará la idea de que de ocurrir un accidente será subsanado de forma rápida.
Además de la ducha, se pueden incluir juguetes sexuales. Lo mejor es que sean de tamaño reducido al principio.
Igualmente hay que agregarles mucho lubricante ya asegurase de que se pueden extraer con seguridad.
5º Utilizar todos lo recursos extras
El cunnilingus o el beso negro son dos formas de logra que la mujer se sienta estimulada analmente si una excesiva intrusión.
Dar besos y acariciar esta zona con la lengua permite una relajación que es necesaria antes de cualquier intento de penetración.
La lengua puede aportar mucho placer y además la saliva contribuye a lubricar un poco.
Por lo tanto jugar con uno o dos dedos será una alternativa disponible durante este momento.
Un consejo importante y eficaz, es iniciar el contacto anal luego del orgasmo femenino.
Durante este momento, el cuerpo se relaja. Además la mujer siente mayor disposición a las caricias corporales.
Cuando la mujer tiene miedo al sexo anal, lo mejor es ir introduciendo juegos y estímulos suavemente.
Esto, en ocasiones puede significar dos o tres intentos antes de alcanzar una relación anal completa.
6º Elegir las posiciones más adecuadas si tiene miedo al sexo anal
Cuando se está iniciando a una mujer en las relaciones anales, es importante dejar que se adapte progresivamente.
Así, si tiene miedo al sexo anal, debe tomarse con calma.
Para ello, se eligen las posiciones que le permitan la mayor comodidad.
Las preferidas, suelen aquellas donde ella puede regular la velocidad y grado de penetración.
Cuando la mujer tiene miedo al sexo anal, se sugieren las siguientes posiciones:
El misionero invertido: esta posición es similar a la del misionero. Ella, se acuesta boca abajo, abriendo ligeramente las piernas.
Las nalgas deben estar levantadas un poco. El cabalero, puede estimular el ano con besos, su lengua, sus dedos y hacer pequeños intentos de penetración.
El significativo que utilice sus manos para aportar placer. Por ejemplo, puede introducir su mano bajo el vientre y frotar el clítoris.
Aunque está posición se considera aburrida en muchos casos, le evita a la mujer sentirse muy expuesta.
Además, la dama puede regular la penetración haciendo descender sus glúteos.
Una opción, es colocar almohadas bajo la pelvis.
La cuchara: esta postura ayuda a la relajación. Como se ha explicado anteriormente, la relajación en un factor decisivo para el placer.
La dama, se recuesta dándole la espalda al caballero.
El, puede tener contacto con sus senos, su clítoris y utilizar sus manos para estimularla plenamente.
Muchas personas experimentadas opinan que esta es la posición ideal para iniciar a una fémina que tiene miedo al sexo anal.
Consejos adicionales para reducir el miedo al sexo anal
Es útil recordar que la mujer requiere de compromiso y afecto para liberar su potencial sexual.
Por ello, mientras más delicado sea el trato las primeras veces, mas disposición tendrá a que estas experiencias se repitan.
Las nuevas parejas requieren irse acoplando poco apoco. Y si son una pareja que ha estado junta mucho tiempo, deben tomar esta experiencia como algo que contribuye al placer de ambos.
Puede tomar algún tiempo que una mujer se habitúe a esta práctica, especialmente si tiene miedo al sexo anal. Por esta razón, la paciencia es fundamental.
Introducir suaves caricias anales a sus juegos eróticos es siempre el primer paso.
En segundo lugar, está el aspecto de no presionar ni condicionar la relación a esta práctica.
En otras palabras, no siempre debe querer una penetración anal. Esto irá en función del placer que el hombre le proporcione.
Por tal motivo, el caballero tiene mucha responsabilidad en que su dama pierda el miedo al sexo anal o lo aumente.
Logra una estimulación adecuada es la diferencia entre el placer y el dolor.
La estimulación antes del sexo anal no debe ser solamente n la zona anal.
Es importante que la relación se desarrolle como cualquier otra, con énfasis en caricias en el ano, pero sin descuidar otras zonas erógenas.
Probar diferentes posturas es la mejor alternativa.
Las posiciones no siempre funcionan igual para todas las parejas.
La estatura y la contextura hacen leves diferencias.
Por este motivo, se pueden practicar diferentes posturas hasta encontrar la que mejor convenga a ambos.
Por último, cabe recordar que los tejidos y mucosas del ano, pueden desgarrase muy fácilmente y albergan bacterias peligrosas.
Por lo cual el uso de preservativo no debe ser opcional.