El uso de agujas como práctica erótica, dentro de las torturas sexuales, representa una de las manifestaciones más extremas del BDSM.
Estas prácticas suelen conocerse como needle plays.
Para esta intensa experiencia, se insertan agujas en la piel. Esto se hace de manera superficial en algunos casos y en otros, imitando las prácticas de la acupuntura.
Este tipo de juego, se considera bastante arriesgado y doloroso.
No obstante, los practicantes del BDSM, en su búsqueda constante de placer a través del dolor, lo realizan frecuentemente.
Para algunos de ellos, este juego resulta muy placentero. En cuanto a la seguridad, depende de la experiencia de quien manipula las agujas.
Por ende, el uso de agujas requiere del consenso previo y de una gran resistencia al dolor por parte de la persona sumisa.
¿Qué agujas se pueden utilizar?
Lo más indicado para experimentar con el uso de agujas dentro de los juegos de dominio y sumisión, es conocer las características de cada aguja.
Frecuentemente se utilizan las agujas hipodérmicas o de acupuntura.
Aunque también se suelen utilizan agujas de costura, alfileres y otros accesorios que imitan las cualidades de estas.
En cuanto al tipo de agujas más apropiadas, se puede decir que los dos tipos mencionados en primer lugar son los mejores para el uso de agujas como tortura erótica.
Otros accesorios, aunque aparentemente poseen las mismas condiciones, también significan un aumento del riesgo para la parte sumisa.
Las agujas de coser y los alfileres, presentan una mayor porosidad, que aumenta la probabilidad de generar infección.
Adicionalmente, las agujas hipodérmicas son estériles y las agujas de acupuntura son fáciles de esterilizar.
El resto de instrumentos no cumple el principio fundamental del BDSM que se refiere a un ejercicio del erotismo extremo Sano, Seguro y Consensuado.
Condiciones importantes para el uso de agujas
Conocer los aspectos básicos de una aguja, permite determinar el mejor uso para ella.
Por esto, se especifican las características fundamentales de las agujas idóneas para estimular mediante el uso de agujas.
Jugar con agujas, debe revestirse de cierta seriedad en lo que respecta a la seguridad.
Uno de los aspectos más relevantes, es el posible contagio de enfermedades como la hepatitis o el HIV.
Por lo tanto, las precauciones siempre son necesarias. Principalmente, evitar las heridas en las propias manos de quien utiliza las agujas sobre otra persona.
Por la misma causa, las agujas desechables deben tirarse a la basura de forma responsable.
Aunque resta un poco de sensualidad, utilizar guantes de látex, reduce considerablemente el riesgo de transmisión de enfermedades de la piel, pero no evita los pinchazos accidentales.
Una buena medida es utilizar agujas nuevas, sin compartirlas o reutilizarlas en otras personas.
Para iniciar con el uso de agujas, deben lavarse cuidadosamente las manos.
De igual modo, el área de la piel que será perforada, también debe limpiarse con alcohol o alguna sustancia desinfectante.
Al finalizar el juego, las agujas pueden desecharse dentro de algún envoltorio o estuche a fin de que nadie pueda pincharse con ellas.
Otra importante medidas de seguridad, es evitar el consumo de alcohol, drogas y aspirinas, pues ellos incrementan el sangrado.
Las agujas hipodérmicas
En principio, la estructura de las agujas hipodérmicas consta de 3 áreas. La pieza de material plástico que la sostiene, se llama concentrador.
Esta pieza, funciona como un soporte cómodo para los dedos y además evita que la aguja se deslice al punzar la piel, o se suelte accidentalmente.
El eje, representa el cuerpo de la aguja, se mide en mm, está elaborada en acero inoxidable o acero quirúrgico.
La punta, que posee un ángulo determinado, es el bisel.
Una aguja hipodérmica, es la opción más segura puesto que están diseñadas para penetrar la piel, son estériles y de fácil adquisición.
Adicionalmente, pueden desecharse pues son bastante económicas.
Otra cualidad interesante, es que estas agujas se pueden obtener en diferentes calibres.
El calibre representa el diámetro de la aguja. A mayor calibre, menos diámetro tendrá el eje.
Para el uso de agujas hipodérmicas en áreas muy delicadas del cuerpo, se recomiendan las agujas de calibre 25 y 27.
En otras áreas, se pueden utilizar las agujas Nº 21, que poseen mayor longitud en su eje.
Si existe una gran tolerancia al dolor, se pueden utilizar agujas de calibre 19, que aportaran sensaciones mas intensas.
Este tipo de agujas, tiene la particularidad de que, luego del primer uso pierde casi el 80% de su filo.
Adicionalmente, son huecas, lo que produce pequeños rasgamientos en la dermis. Por ello, deben utilizarse una sola vez.
¿Qué partes del cuerpo admiten el uso de agujas?
Al jugar con las agujas, las opciones son muy variadas.
La piel, tiene la capacidad de regenerarse fácilmente, si no existen complicaciones.
Por este motivo, hay muchas zonas en las cuales jugar con las agujas.
¿Cuáles zonas son ideales?
Los muslos, glúteos, hombros y brazos; al igual que el estómago y la espalda, son las más idóneas para experimentar con las agujas.
Esta piel es gruesa pero a la vez flexible. La penetración de las agujas es dolorosa pero de baja intensidad y por su carnosidad, los riesgos de romper vasos capilares son menores.
¿Cuáles zonas se deben tratar con moderación?
En esta categoría pueden incluirse las mejillas, la boca, la frente y los senos.
Las manos, muñecas, axilas y el cuerpo del pene, presenta mucha sensibilidad y además, poseen más arterias y vasos sanguíneos.
Los pezones, la lengua y los genitales, son propensos a la ruptura de vasos sanguíneos. Por este motivo el prepucio, el clítoris, el balano, el escroto y los labios de la vulva, deben ser tratados con mucho cuidado.
Estas zonas deben reservarse para manos muy expertas en el manejo de las agujas.
¿Dónde NUNCA perforar?
En honor al sentido común, los órganos internos, las coyunturas, los ojos y las mucosas nasales.
De la misma forma, debe evitarse perforar las muñecas, el esternón y la columna.
Técnicas para el uso de agujas en el erotismo
Una forma ingeniosa de practicar antes de aventurarse en el uso de las agujas, es utilizar un pollo congelado.
La piel, se asemeja un poco en resistencia a la piel humana, y de esta forma se puede graduar la intensidad requerida para traspasar la piel.
Como primer paso, se debe escoger una zona carnosa, como los muslos o los glúteos.
Ya desinfectada el área, se toma la aguja por la parte plástica.
Se sujeta con firmeza, mientras con la otra mano se levanta un segmento de piel.
Esto se hace igual a un pellizco. La aguja, se empuja de manera casi horizontal. De tal forma que atraviese la piel completamente.
Algunas personas utilizan accesorios llamados fórceps para este primer paso.
Estos punzantes instrumentos no requieren de mucha presión para penetra la piel debido a su diseño biselado.
Dejar que transcurra un breve lapso entre cada perforación, favorece que el sumiso o sumisa se adapta y disfrute de la sensación dolorosa.
Tal lapso de tiempo, brinda a la vez la oportunidad de observar las reacciones e ir midiendo la tolerancia de la persona.
Las agujas ya insertadas en la piel, pueden moverse o halarse para intensificar el dolor.
Luego de experimentar los diferentes juegos o técnicas para generar el placer deseado, se retiran las agujas una por una.
Este último paso requiere de paciencia y cuidado, pues se deben desinfectar las zonas escarmentadas nuevamente.
El movimiento al retirar las agujas debe ser fluido, la rapidez dependerá del gusto de los involucrados.
Las reacciones son muy diversas. Sin embargo las más comunes incluyen sudoración, palidez y temblores.
Estos efectos se producen debido a los neurotransmisores y las hormonas que se activan como resultado de los estímulos sobre las terminaciones nerviosas de la piel.
La expulsión de pequeñas cantidades de sangre es bastante normal. No obstante si persisten o son muy abundantes es imperioso buscar atención médica inmediata.
Los mejores juegos con agujas
Escarificaciones
Crear diseños o pequeñas marcas estructuradas, con la punta de la aguja es una variante del scaring.
Esta técnica, consiste en crear cicatrices mediante la cauterización de la piel, en este caso, se hace mediante rasguños de profundidad variada.
La mayoría de las veces son diseños superficiales, que suelen desaparecer luego de cierto tiempo.
El componente sadomasoquista se activa aún más, colocando alcohol sobre las heridas para intensificar las emociones.
Los adornos de este tipo aportan un placer emocional al sumiso, pues se siente decorado por su amo.
Decoraciones
Luego de colocar las agujas en la piel, pueden añadirse pequeños objetos que agreguen presión.
Es común la colocación de campanitas, cascabeles o pesos. Estos elementos acrecientan el dolor, pero debe verificar que su peso no produce desgarros en la piel.
Dibujos y figuras
Como dinámica de juego sexual, el uso de agujas puede incluir la elaboración de patrones o figuras decorativas.
Una estrategia que añade sensualidad y tiene gran impacto visual, es elaborar tejidos o decoraciones, incluyendo cintas de colores.
Un diseño muy común, es el corset, que se bosqueja a partir de la colocación de agujas en ambos lados de la espalda, las cuales luego se unen entre sí mediante una cinta cruzada.
La decoración de las agujas con plumas penachos e incluso pompones también enriquece en el aspecto visual. Además hay que tomar en cuenta que el aspecto lúdico, en estos casos funciona como un estimulante de la pasión.
Otro diseño frecuente, consiste en elaborar alas en la parte superior de las espalda. Estas se diseñan, eligiendo la distribución simétrica de agujas que termina en grandes plumas.
Este diseño es muy vistoso y añade el componente emocional, al representar a la sumisa como una especie de hada o ángel, según la preferencia.
Finalmente, los juegos de dominio y sumisión brindan cabida a muchas experiencias sensoriales, en donde las endorfinas se liberan, produciendo emociones extremas y duraderas.
Estas, resultan en estimulación sexual que muchas veces no es comparable a los estímulos tradicionales.
Por este motivo, es posible obtener una gratificación sexual que llegue a niveles orgásmicos.
Las razones, para el dominante y el sumiso, se desprenden del aspecto psicológico en mayor medida que del aspecto físico.
Esta actividad, esta repleta de nociones invaluables en el aspecto sexual, como la sensación e intimidad, sumadas al inestimable contenido erótico y la simbología de la penetración.