¿Iniciándose en el arte de las pinzas?
Esta práctica, al igual que toda la variedad de actividades eróticas del BDSM, requiere de adaptación gradual.
Por consiguiente, es mejor iniciar con lapsos de tiempo muy breves.
De igual forma, el uso de pinzar metálicas o dentadas debe relegarse hasta que se haya adquirido experiencia y sobre todo conocimiento sobre los límites ante el dolor de la parte sumisa.
Lo mismo se aplica a la colocación de pinzas sobre los genitales o los pezones.
Es mejor opción comenzar utilizando pinzas de látex, plástico o recubiertas con silicón.
Este tipo de pinzas son más suaves y producen menos daño sobre la piel del cuerpo.
Si la idea es convertirse en un experto en el arte de las pinzas, hay que conducirse con precaución y lentitud.
Uno de los aspectos más relevantes es conocer cuánto dolor es capaz de soportar la parte sumisa, sin que éste afecte su capacidad para sentir placer.
Cabe recordar que el principio fundamental del BDSM es lograr un equilibrio entre el dolor y el placer.
Para ello. Debe considerarse que cada persona reacciona de formas diferentes y presenta distintos niveles de tolerancia.
Otro aspecto importante es controlar el lapso de tiempo. Este factor no puede calcularse sin antes haber experimentado sobre el propio cuerpo de la persona que ejerce el rol de sumisa.
Hay otros factores que también deben considerarse como por ejemplo: la circulación de la sangre, el área del cuerpo y la sensibilidad particular.
Técnicas para disfrutar plenamente el arte de las pinzas
La forma de colocar las pinzas debe inducir al goce en ambas partes. Por ello, debe atenderse a las reacciones del sumiso.
Al colocar las pinzas, la zona presionada pierde la sensibilidad. Esto se debe a la reducción de la circulación en dicha área. Sin embargo la parte sumisa no deja de sentir dolor.
Debido a esto, la forma de colocar las pinzas debe responder a los gustos y la disposición de la persona sometida en la misma medida que al dominante.
La presión
Una forma de comprobar la presión que ejerce la pinza es colocarla en la zona interdigital.
En otras palabras, presionar con el objeto mencionado sobre la zona membranosa que se encuentra entre los dedos.
Esta acción, dará una idea de cuánto aprieta la pinza y sobre qué áreas puede o no colocarse.
El tiempo
Este factor es muy relevante, como se afirmó con anterioridad, el tiempo en las sesiones iniciales debe ser corto.
Las sensaciones dependen en gran medida al tiempo. Las pinzas colocadas por periodos de tiempo extensos producirán mayor dolor al ser retiradas.
Cuando se retira la pinza, el flujo de sangre se reinicia y esto incrementa la sensación de dolor.
Esto se deriva de la recuperación brusca de la sensibilidad. Para reducir el dolor se puede frotar suavemente el área.
Esto además, aporta la sensación de contacto con el dominante, siendo un punto positivo a nivel psicológico.
Si por el contrario, se desea acrecentar el dolor, puede presionarse con las manos.
No es fácil determinar el tiempo adecuado, ya que esto depende de condiciones personales.
Para decidir cuánto debe mantenerse la pinza presionando sobre el lugar escogido es necesario remitirse a la resistencia personal de la parte sumisa.
El tamaño y la presión de las pinzas también influyen sobre el período de duración de la sesión de prensado.
La tensión de las pinzas
Si la presión se hace sobre un área extensa, el dolor es menos intenso. La razón, es que la presión se distribuye sobre un área mayor.
La mayoría de las pinzas no dispone de un dispositivo para regular la tensión. No obstante, en algunos modelos, esto puede hacerse aflojando los resortes o muelles que la integran.
Para evitar las marcas que suelen dejar las pinzas es necesario retirarlas a intervalos regulares. Esto evita que se formen moretones.
Sobre este punto, algunos dominantes prefieren observar estas señales como parte de su estimulación.
Cantidad de pinzas
¿Cuantas pinzas deben aplicarse?
Este es un aspecto que, al igual que el tiempo dependerá de la resistencia de la sumisa o el sumiso.
Pueden colocarse varias sobre una zona o diseminarse a lo largo del cuerpo. Es decir, en donde haya piel es factible colocar una pinza.
El orden y la colocación
No hay una regla sobre estos aspectos. Sin embargo, como parte del juego erótico, los lugares iniciales suelen ser distantes de los pezones o los genitales.
Para realizar un pinzado que resulte estimulante, se pueden realizar pequeños juegos como dibujar un círculo o un número sobre la piel.
Otra forma de incitar sensaciones de dolor y placer es tirar de las pinzas ya colocadas para multiplicar las sensaciones.
Dentro de la dinámica del BDSM se pueden agregar otros elementos o estímulos. Por ejemplo, se puede agregar algún peso a la pinza para que además de la presión también haya cierta tracción sobre el área.
Todo es válido siempre que pueda considerarse sano, seguro y consensuado.
La forma de retirar las pinzas
- Las pinzas pueden retirarse con la mano o con algún otro elemento, como los látigos, varas o fustas.
- Cabe aclarar que esto resultará mucho más doloroso para la persona pinzada.
- Otras acciones menos bruscas, como retirarlas con la boca, añadiendo pequeños besos o lamidas, también son interesantes y pueden ser muy apreciadas por la parte sumisa.
- Las opciones durante este momento son numerosas y deben resultar cónsonas con los objetivos y deseos de los practicantes. En este momento, la confianza juega un rol significativo.
- Cuando se retiran con suavidad, se puede aliviar el dolor previo haciendo masajes sobre la piel.
- Si por el contrario, se retiran de forma abrupta, la relación dolor placer debe estar equilibrada en todo momento.
La cremallera
- Este método consiste en unir varias pinzas mediante un cordón. Éste, se inserta por los agujeros que deja el resorte. De esta forma las pinzas quedan unidas. Al retirarse, solo debe halarse el hilo que la une y producen un efecto de cremallera.
- Puede optarse por la suavidad o la rudeza dependiendo de las preferencias.
- Para que esta técnica tenga un efecto agradable, las pinzas deben estar cerca unas de otras. De preferencia en línea o formando figuras geométricas.
- Esta técnica es bastante dolorosa, por lo que la resistencia del pinzado es la que determinará la velocidad que se aplique.
Recomendaciones para dominar el arte de las pinzas
Si las pinzas se emplean de forma incorrecta o abusiva, se pueden producir heridas. Aunque estas lesiones tienden a ser superficiales, deben lavarse adecuadamente.
De igual forma, las pinzas siempre deben ser desinfectadas antes y después del uso.
Para ello, basta con agregar alcohol o cualquier desinfectante.
Cualquier herida que resulte del uso de las pinzas debe limpiarse al finalizar la sesión.
El uso de pequeños pesos debe regularse, el uso de elementos muy pesados incrementa la presión de la pinza y puede incluso lesionar los tejidos profundos de la piel.
Esto se aplica especialmente a los pezones, labios, vagina, escroto y prepucio.
El arte de usar las pinzas se adquiere de forma progresiva, por lo tanto, las técnicas deben aprenderse lentamente.
Métodos como la cremallera o la colocación de pesos deben realizarse con responsabilidad y precaución.
Como en otras prácticas, se debe observar continuamente las reacciones de la persona sumisa. Esto se hace tanto para buscar indicios de placer como para percibir a tiempo si se ha llegado al límite de resistencia.
Tipos de pinzas
Pinzas de madera
Las pinzas de madera son usualmente el primer peldaño para llegar a ser un maestro del arte de usar las pinzas.
Para los inexpertos o novatos, estos accesorios son la mejor opción. Suelen las mismas pinzas que se usan para la ropa.
Sus ventajas: son económicas, ligeras y pueden aflojarse con rapidez para reducir la tensión.
Estas son las más utilizadas, se toleran mucho mejor que otros modelos y pueden aplicarse en cualquier área del cuerpo.
Pinzas metálicas y de presión
Son más idóneas para los sumisos con algo de experiencia. Son bastante tolerables pero deben utilizarse por periodos cortos de tiempo.
Se le llama pinzas de presión porque aprietan fuertemente. Debido a que son bastante diminutas, abarcan una menor superficie, produciendo un dolor más intenso.
Generalmente dejan marcas en la piel, cuando se rebasan los 20 minutos. A mayor pinzado, más tiempo permanecerá la marca en la piel.
Estas pinzas se adquieren en comercios específicos.
Pinzas recubiertas
Son accesorios muy cómodos y tolerables. Tiene una zona de mordida grande. Esto significa que el dolor es menos intenso y pueden dejarse colocadas más tiempo. Este tipo de pinzas es el más indicado para colocar peso.
Están diseñadas para este fin, pues generalmente incluyen pequeños pesos o cadenas y enganches para guindarlos.
Debido a que viene recubiertas de látex, no se sueltan al aplicarse pesos. Además si el objeto colgante sobrepasa lo debido, la pinza se suelta. Se venden solo en tiendas especializadas.
Pinzas con mecanismo de presión
Son pinzas específicas para estas prácticas, al igual que las anteriores. Se pueden adquirir en tiendas especializadas y en internet. Hay muchos modelos para cada zona del cuerpo. Se colocan y luego pueden apretarse al gusto. Funcionan como cepos diminutos.
No se recomiendan para aplicar lastres pues se sueltan de la piel con mayor facilidad que las anteriores.
Pinzas de bricolaje
Este tipo de pinzas ofrece una amplia gama de modelos que pueden adaptarse a las fantasías más atrevidas que surgen en el arte de las pinzas.