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BDSM Para Hombres

bdsm
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Esta es la guía definitiva vas a aprender mucho sobre el BDSM

Así que si quieres realizar:

Bondage

Dominación y sumisión

Sadismo y masoquismo

La evolución de BDSM

Entonces LO QUE VAS  a leer te gustará

Contenido

Tabla de contenidos

El sexo fuerte, es una práctica más común de lo que parece. Es tan sencillo como morder a la mujer, o sujetarla firmemente de las muñecas.

Si estas prácticas, se dirigen a un área de mayor intensidad, se habla de bondage y sadomasoquismo.

¿Qué hace tan cuestionables estas prácticas?

Desde hace pocos años, existe una preocupación social sobre este fenómeno.

El deseo por el sexo rudo es, aparentemente algo nuevo. Sin embargo, estas prácticas eróticas tienen muchos antecedentes históricos

Y adicionalmente, recientes estudios han demostrado que estas actividades no están relacionadas con una enfermedad mental.

¿Por qué a los hombres les encanta el sexo rudo?

El BDSM, incorpora una serie de factores importantes para consolidar una apareja y salir un poco de la rutina. Añadir estas prácticas a la vida de pareja responde a ciertos beneficios adicionados al placer erótico. Las más destacadas son las siguientes:

Elemento sorpresa

Las prácticas de BDSM incorporan una serie de expectativas sobre lo inesperado.  Entra en juego el elemento sorpresa, esto estimula los receptores de dopamina. La hormona responsable del placer, la cul se dispara ante la experiencia novedosa y hace que cada encuentro sea más atrayente. La apertura mental a estas actividades genera nuevas sensaciones.

Reafirma la seguridad en la pareja

Este comportamiento es un residuo de la mente primitiva. En palabras de algunos científicos, proviene de los rituales ancestrales de conquista amorosa.  Siendo así, los pensamientos asociados a esta conducta son de tipo “no me hará daño real” “puedo confiar en ti…

La rudeza, expresa

Cuando el hombre hace pequeñas demostraciones de dominación, como morder o pellizcar, solo busca demostrar su sentimiento hacia la mujer.

Esto puede deberse a que el cerebro no es capaz de procesar la profundidad del sentimiento y su reacción es calmarlo a través de las expresiones rudas… sumamente extraño pero cierto!

El poder genera placer

Cuando el hombre mantiene el control en la cama se siente más estimulado hacia el acto sexual.  En la actualidad, las mujeres han ido tomando mayor control de su vida, tiempo y dinero. Esto genera una incertidumbre en la mente del varón. Para compensar esta pérdida de control sobre la hembra, las prácticas de BDSM lo retrotraen a las conductas primitivas de dominio.

Para la mujer, dejarle el control a su pareja en la privacidad de su habitación se convierte en un beneficio psicológico. Esto significa que vuelve a su papel de sumisa, puede, de esta manera relajarse, sin responsabilidades que generen estrés adicional.

Estimula la conexión

En la relación pasional, la sumisión no es sinónimo de pasividad. Cuando el hombre ejerce el control, la mujer es receptora de sus deseos pasionales y actúa en consecuencia.  Estas prácticas pueden aumentar la autoestima de la mujer al notar cuán grande es el deseo que produce en su pareja.

Por estas razones, tradicionalmente se menciona esta práctica como si fuera exclusiva de los hombres. En realidad, es preferida por casi el mismo porcentaje de féminas

El BDSM

bondage

Este término se creó para abarcar varias prácticas de dominación sexual. También son llamadas fantasías eróticas libremente consensuadas.  Actualmente, se define como un estilo de vida. Este nombre combina las letras de Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo.

Es decir, este término incluye seis modalidades eróticas, dentro de la llamada sexualidad alternativa.

Es común que las expresiones sado y sadomasoquismo se utilizan de forma equivocada. Esto, se debe a la confusión con términos psiquiátricos que describen enfermedades mentales. Contrario a esta filiación conceptual, el BDSM se basa en el consenso y respeto a la otra persona.

Los términos citados se relacionan usualmente con prácticas criminales como la violación, por lo cual, la utilización de estos nombres siempre genera incomodidad en la sociedad.

Bondage

Bdms

Este término proviene del francés. Significa cautiverio. Como practica erótica, se define como una actividad sensual basada en la inmovilización.

Las ataduras suelen ser suaves, pueden abarcar solo algunos miembros o todos. Generalmente se incluyen mordazas o vendas en los ojos.

Se considera parte infaltable del BDSM.

El deseo sexual, ligado al bondage tiene orígenes ancestrales y está muy extendida a nivel global. Es parte de los “juegos de dominación”

El bondage implica el poder asimétrico, en este caso, el hombre ejerce su dominación sobre la pareja de forma radical, al estar inmovilizada, la mujer está a merced del hombre.

La sujeción implica los roles de amo y sumisa. Sin embargo, también se relaciona con otros roles, como el de jefe y empleada o maestro y alumna, u otros similares.

Disciplina

Este concepto se refiere a la normalización de las prácticas sexuales.

Es decir que se incluye una especie de protocolo. Esto deriva en reglas, castigos, posturas específicas y otros factores. Existe una relación explicita entre la dominación y la disciplina impuesta mediante ella. Esta disciplina es figurada y erotizada, para ello, muchas veces se incluyen varas u otros implementos de castigo.

Dominación y sumisión

Bondage y submision

Ambas ideas se complementan. El poder se parcializa. El hombre domina y la mujer obedece. La dominación, implica el rol que ejerce control.

En este caso el hombre. Desde su rol dispone, estas disposiciones están sujetas al consenso previo con la mujer.

La sumisión, decidida de forma espontánea por la mujer, incluye acatar los castigos y otros juegos de poder. En este caso la mujer obedece y permite acciones sobre su cuerpo.

Estos pueden ser pequeños castigos. La intensidad de los castigos, será determinada por el gusto de ambos. Obviamente, existe un marco de límites ya establecidos por ambas personas.

A la mujer, suele colocársele un apelativo, puede ser esclava, sirvienta, u otros. Estos serán según el carácter de la relación y la confianza entre ambos participantes. Pueden ser peyorativos o humillantes.

Sadismo y masoquismo

Sadismo y masoquismo

En este contexto, el término se refiere a prácticas eróticas. Dentro de estas prácticas, el hombre le produce dolor, vejación o molestias a la mujer.

El hombre, cuando asume el rol de sádico, debe ser cuidadoso con la mujer. Es decir, debe evitar causar daños severos, evidentes o irreversibles.

Esta práctica no promociona ni defiende de ninguna forma, acciones criminales.

Masoquismo, en este caso, se obtiene placer por medio del dolor experimentado. Esta práctica erótica produce estimulación sexual por medio de la humillación, el dolor y el maltrato verbal y físico.

Este rol lo asume con mayor frecuencia la mujer.  Estos dos roles son complementarios, no puede darse una práctica de BDSM si no se distribuyen ambos roles.

Las prácticas SSC

Estas siglas, se refieren a una práctica erótica Segura, Sensata y Consensuada.

Este término lo acuñó David Stein en 1983. Este señor definió que el BDSM debía obedecer a los siguientes patrones:

1- Segura, es decir que deben prevenirse los riesgos, esto se hace mediante el conocimiento de los métodos y elementos que se utilizarán.

2 – Sensata, porque los participantes deben encontrarse en posesión de sus sentidos. La conciencia y capacidad de razonamiento no debe ser alterada por bebidas o drogas. Debe haber un límite claro entre la fantasía y la realidad.

3 – Consensuada, los actores deben estar de acuerdo. Esta regla es inalterable dentro de la filosofía del BDSM.

Otros conceptos y elementos del BDSM

La palabra o código de seguridad

código de seguridad

Es comprensible que dentro de la dinámica de una sesión de bondage o dominación, los participantes pierdan el control de las emociones. Debido a esto, se hizo necesario crear un sistema de protección a la sumisa.

Cualquier frase o palabra dentro de la sesión puede atribuirse a la pasión, o considerase parte del juego. Por ello, antes de iniciar la actividad se define una palabra. Esta indicará al hombre que debe detenerse.

La sumisa utilizara la palabra clave para indicar que la gradación, circunstancia o forma de castigo no es de su agrado.

Aunque dicha palabra puede utilizarse para indicar cualquier eventualidad como ganas de ir al baño, sed u otras.

Esta palabra debe ser de corta estructura y fácil pronunciación.

No debe incluir la i, pues esta letra es fácil de obviar durante la confusión del juego. Preferiblemente debe contener vocales abiertas. Puede ser el nombre de un familiar o mascota, lo que la hace fácil de recordar.

Algunos activistas del movimiento de la “vieja guardia” del BDSM consideran que la palabra clave coloca un límite al placer. Por ello, no aceptan su utilización.

Los roles: Dominador y sumisa

Dominador y sumisa

En esta práctica erótica se identifican dos roles. El dominante, a cargo del hombre, es el que disfruta de iniciativa y control de la situación.

La sumisa, es decir la mujer, obtendrá placer de las acciones que el hombre ejerza sobre su cuerpo. Entregarse por completo al dominador es parte de la búsqueda de emociones intensas y es por sí mismo placentero para la fémina que interviene en este tipo de juegos.

En algunos casos, los hombres gustan de participar en ambos roles. En este caso se define como actor o activista switch.

Categorías de los roles:

Cuando las prácticas de BDSM se realizan dentro de una organización o grupo de intercambios, se otorgan cualidades a los roles normales que se ejercen durante la actividad erótica. Estos son:

El tutor, es la persona con experiencia que inicia a los nuevos participantes. Para ello, una sumisa puede ser quien instruya al dominador. Pero lo más usual es que un dominador entrene a otro similar.

El maestro, es el dominador que ejecuta su actuación de manera impecable. Son las sumisas quienes nombran a los maestros.

El amo, es el dominante de varias sumisas o esclavas. Estos se consideran de su propiedad (solo para fines de práctica)

La esclava, es la sumisa entregada a un amo. Se distingue en que ya esta mujer no coloca los límites. Solo se apega a los términos que impone su amo.

El consenso como elemento primordial del BDSM

Este aspecto proporciona el sentido específico de estas prácticas. Mediante este elemento, se diferencia al BDSM de las prácticas iracundas, dañinas o ilegales. O cualquier tipo de violencia contra la mujer.

Este rasgo, en el aspecto sexual, permite distinguir cuando un hombre y una mujer están haciendo el amor y cuando es una violación.

Dentro del BDSM, permite distinguir cuando se está hablando de una práctica erótica con características sexuales.

De cualquier otra forma, se habla de agresión.

El consenso puede establecerse mediante un acuerdo explícito o tácito. En el primer caso, es común que se realice cuando la actividad es nueva para los participantes o responde a un servicio sexual.

El segundo caso, se da entre parejas habituales. Este acuerdo requiere de menos elaboración gracias a la confianza y conocimiento mutuo que existe entre las parejas estables.

El meta- consenso

Esta forma de acuerdo, establece que sea el dominante quien decida si tomar en cuenta o no la palabra clave.

Es decir el hombre decidirá si poner fin o no a la práctica. La mujer asume, de forma consiente y responsable dejar en manos del hombre su seguridad.

Este rasgo era común en los inicios de BDSM. Los conocedores opinan que el meta consenso implica riesgos serios. Por ello, los defensores de este precepto se encuentran en los límites de las comunidades BDSM.

La evolución de BDSM

Estas actividades han evolucionado en cuanto a la diversidad. En principio, surgió del movimiento sado masoquista.  Alrededor de 1992, se agruparon diversas prácticas eróticas y sexuales bajo una sola denominación.

Actualmente, es una subcultura. Involucra individuos de cualquier orientación sexual.

También se ha diversificado dentro de muchas tendencias religiosas. Esto último obedece a que las gradaciones de esta práctica erótica son muy diversas en sus manifestaciones.

Razones para disfrutar del BDSM

La sensación que se genera por la ilusión del peligro. En este caso, simbólico, aumenta la producción de adrenalina y oxitocina.

Esto acrecienta las sensaciones de placer y estimula los pensamientos de tipo sexual.

Para el hombre, los intentos frustrados de liberación de la mujer, le otorgan sensación de control y poder. Estos intentos, también estimulan a la mujer, ya que ésta puede fantasear con sentirse cautiva.

Estas prácticas no incluyen necesariamente manipulación de los genitales. El placer puede derivarse solo de la lucha simbólica por la liberación.

La confianza y la responsabilidad que se adquiere sobre la satisfacción del compañero, crean una mayor compenetración y comunicación entre el hombre y la mujer.

Las posiciones asumidas durante las sesiones adquieren atractivo dentro de la estética del cuerpo, esto estimula la visión. Si el bondage es parte de los juegos previos incrementa la pasión.

Tipos de relación BDSM

Juegos de rol

Juegos de rol

En este tipo de práctica, las personas asumen diferentes roles. Pueden ser roles sociales o de género. Normalmente se utilizan fetiches para representar al dominante y la sumisa. Para ello, la ropa reforzará el personaje y la intencionalidad.

En este caso, los roles se personifican en muchos aspectos que dan relevancia a la relación de dominio y sumisión.

La voz, el lenguaje, entonación y actitudes corporales, entre otros, darán vida al personaje escogido. Por ejemplo, el maestro y la estudiante.

La feminización, es una variedad de este juego, en donde el hombre se viste de mujer y domina a la pareja tomando actitudes de madre o jefa dominante.

Estos juegos tienen un componente simbólico que refleja ciertos aspectos de la relación de la pareja.

La polyarmonía

La polyarmonía

Se deriva de la coexistencia de varias relaciones íntimas.  Estas relaciones son simultáneas y consensuadas. Durante las prácticas de BDSM, el hombre posee varias sumisas. Esta práctica dio origen al concepto de amo.

Sin embargo, la esencia es el compromiso y existe honestidad en todas las integrantes de la relación múltiple. Este tipo de relación es poco frecuente, sucede dentro de ciertas comunidades de BDSM.

24/7

Las estructuras de poder que se desarrollan en las prácticas de BDSM pueden extenderse a otras áreas de la vida. En este caso, la pareja asume sus roles de dominio y sumisión dentro de la vida cotidiana.

Para ello, el hombre domina permanentemente a la mujer. Es una relación de dominio consensuada y que produce placer en ambos.

Es una forma extrema de transferencia erótica de poder. Los límites en esta relación son difusos y el hombre actúa como el amo de la sumisa.

Prácticas más comunes dentro del BDSM

Hay mucha diversidad dentro de la realización de los juegos o prácticas de BDSM, las más corrientes son estas:

  • El bondage, son ataduras con componentes de ritual erótico.
  • Ceras u otros líquidos esparcidos por el cuerpo.
  • Pinzas, ganchos o similares colocados en ciertas partes del cuerpo.
  • Rituales de humillación y sumisión (uso de vestimentas, juguetes, secreciones del cuerpo)
  • Flagelación erótica con el uso de látigos, cinturones, correas o afines.
  • Uso de señales específicas como collares o correajes.
  • Dominación ecuestre.
  • Uso de lencería erótica.
  • Sexo extremo.

Esta es una cultura bastante compleja. El hombre normalmente utiliza estos mecanismos de estimulación sensorial sobre la mujer dominada. De su común acuerdo y preferencias surgirán otros menos comunes.

El BDSM y los aspectos psicológicos

El BDSM y los aspectos psicológicos

La psiquiatría siempre ha considerado estas prácticas como algo no convencional. En algunas ocasiones, se ha tildado el BDSM como una especie de trastorno mental.

Se ha llegado a incluir entre las parafilias. Esta inclusión ha sido discutida ampliamente ya que las parafilias comúnmente son acciones sobre objetos o personas que no están conscientes o no pueden negarse a participar en tales actos.

El concepto de normalidad viene a ser muy extenso y los límites de esta normalidad no están plenamente definidos. En este sentido, el concepto de normalidad sexual no puede encuadrarse en las prácticas tradicionales. Especialmente, si se exploran las costumbres rituales referentes a la sexualidad en diferentes épocas históricas.

¿Cuándo preocuparse?

Es necesario que el hombre conozca cuales son los límites dentro del erotismo que proviene del BDSM.

El referente que define los límites es la necesidad.

Es decir: Cuando el hombre no es capaz de disfrutar su sexualidad sin la inclusión de técnicas de bondage, sadomasoquismo y roles.

Cuando es imposible la satisfacción sexual sin incluir la dominación hay un problema. De otro modo, efectuar juegos de dominación como forzar un poco a la mujer son simplemente acciones eróticas.

Añadir este componente dentro de la relación puede aportar muchos beneficios.  Como ya se mencionó el disfrute consensuado es la clave.

Mediante esta inusual forma de expresión sexual se puede romper con la rutina y la monotonía. Si se requiere del sadomasoquismo por encima de las preferencias sexuales de la pareja, se pueden crear serios distanciamientos.

Para ello, se recomienda conversar, conciliar y negociar. Si todo lo anterior falla, debe buscar ayuda profesional.

Contrariamente a lo que se cree, muchas mujeres disfrutan plenamente de las prácticas de BDSM con su pareja.  La sensación de sentirse dominadas por su hombre les confiere la libertad de expresar preferencias que antes, por vergüenza o tabúes no decían.

El BDSM no es un juego, es una nueva cultura, una forma de vida y expresión sexual. Los niveles hacen la diferencia.

Cuando se integra como una especie de preparación para la relación sexual, se convierte en un estimulante de la pasión.

Si existe la curiosidad en cuanto a estas técnicas, lo primero es leer y documentarse un poco sobre el tema.

A continuación debe discutirse con la pareja, pues es importante saber si la mujer está dispuesta experimentar estas técnicas.

Al inicio puede resultar un poco vergonzoso para ambas partes. Quizá no sea tan gratificante como las expectativas lo sugieren.

No obstante con paciencia y confianza, estas técnicas pueden enriquecer la vida de la pareja y reforzar los lazos emocionales.

Por último, existe una gran variedad de vestimentas, juguetes y otros elementos para el bondage y el sado masoquismo que ayudan a entrar en la atmosfera adecuada.

Las diferentes tiendas dedicadas a este estilo de sexualidad también pueden ofrecer gran cantidad de literatura para aclarar dudas o conocer un poco mejor esta cultura.

Con respecto al rol del hombre, no debe olvidarse que su tendencia primitiva permanece bajo la piel.  Esperando un impulso que haga renacer sus instintos más básicos.